Este año celebró 18 años en el mundo del diseño y podría decirse que profesionalmente he llegado a la mayoría de edad (insertar sonido de festejos aquí). En estos largos años he realizado proyectos de todo tipo en donde he tenido tanto grandes aciertos y logros, así como, un montón de fracasos, desilusiones y corajes, muchos corajes. Así que si estás empezando este heroico camino del diseño te dejo esta serie de consejos, con el afán de ahorrarte algunos malos ratos y de paso salvar tu hígado.
Aprende a escuchar
Sin lugar a dudas el consejo más importante de todos, escuchar profundamente al cliente y a todos aquellos involucrados en un proyecto, entender sus necesidades, valores, ideas, deseos y expectativas nos ayudará no solo a ahorrarnos muchos problemas y enojos, sino también a generar propuestas cada vez más pertinentes.
Aprende a hablar
No solo se trata de defender nuestro punto de vista o ideas sino de saber contar o presentar nuestros proyectos. Poco importa si nuestro proyecto es super creativo, innovador, cumple con todos los requerimientos, etc. si nadie se entera que existe. A veces una buena historia vende más que el proyecto mismo.
No vas a cambiar al mundo pero…
El mundo está lleno de problemas y en muchos de ellos las industrias creativas hemos sido partícipes activos. Desde mantener estereotipos de belleza y género, crear basura, propagar mensajes de odio hasta robar diseños de comunidades minoritarias. Y aunque muchas veces no podemos cambiar el sistema que sustenta esta barbarie, siempre podemos intentar poner nuestro granito de arena. Tal vez la próxima vez que alguien te pida un cartel podrías poner a una persona no heteronormada.
Hazle caso a Buda y no te apegues a tus creaciones
Muy posiblemente tus propuestas serán modificadas, se te pedirán infinidad de cambios y muchos de estos cambios seguramente no te van a gustar e incluso puede pasar que cuando presentes tu propuesta veas la desilusión de la gente y pues no pasa nada, ponte en modo zen, dejalo ir y sigue adelante. Recuerda, un diseño nunca está acabado realmente y siempre está abierto a la modificación.
La creatividad no es igual a inspiración, no es igual a hacer lo que quiera.
La creatividad no es un don, no es un acto de inspiración divina, es un proceso que se trabaja día a día. La creatividad tampoco es hacer lo que yo quiera, cuando yo quiera. La verdadera creatividad nace de las limitaciones. Cómo otorgamos una solución pertinente y novedosa dentro de las limitaciones de un proyecto, es ahí donde yace la creatividad.
Mantente curioso
Está de más decirlo pero nuestra creatividad nace de las conexiones que podemos hacer de temas totalmente diferentes y diversos, así que mantente curioso, aprende nuevas cosas, prueba nuevos sabores, escucha nueva música, ve películas que normalmente no verías, lee todo lo que te encuentres, nunca, pero nunca te quedes quieto.